¿Es posible no tener deseos? Si es así, ¿cómo se puede lograr esto? Si no, ¿cuál es el equivalente más cercano para hacerlo?

Sí, es posible no tener deseos, y es una búsqueda noble. Pero debes tener una herramienta poderosa.

El deseo es un síntoma de vivir en una existencia que busca cautivarnos, distrayéndonos de la verdad de nuestra existencia … quiénes somos realmente y a dónde realmente pertenecemos.

Como tal, el deseo no es algo que puedas suprimir con la mente. Las disciplinas como la meditación ayudan, pero solo en diversos grados.

Después de descubrir la práctica simple pero poderosa de “Invocar a la luz”, mi vida ha cambiado de muchas maneras inconmensurables. Los beneficios más sorprendentes implican lo que ya no experimento, a saber, el deseo y el miedo.

Como uno invoca regularmente la Luz, los deseos se vuelven menos intensos. Un estado de verdadera iluminación nos libera de todo deseo.

En La Luz, el deseo no es necesario porque la Luz proporciona todo lo que necesitamos antes de que lo pidamos. En La Luz, el miedo no es necesario porque la Luz nos mantiene seguros. Sólo necesitamos recitar dos oraciones simples.

Deseándole las bendiciones de la Luz en su viaje.

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Es más fácil decirlo que hacerlo.

En la práctica, no es posible que uno no tenga ningún deseo en absoluto. El equivalente más cercano puede ser dejar que tu deseo sea la felicidad que buscas. Al final del día, eso es lo que necesitas y lo que buscas de la vida. Limítate a ser feliz a costa de la tristeza de los demás. Y se ordenará mucho más de lo que cree.

Sí, es posible y altamente “deseable” no tener deseos. Algunos lo llaman el “estado sin preguntas”. Algunos lo llaman samadhi o estado de felicidad o falta de aliento. Suele alcanzarse en profunda meditación yóguica.

Otra alternativa a través del estoicismo.

¿Qué es el estoicismo? Una definición y 3 ejercicios estoicos para comenzar

En la filosofía budista, los deseos y las aversiones se consideran “adventicios”, es decir, surgen por su propia cuenta, de forma espontánea.

El “problema” de los deseos no es que surjan sino en cómo respondemos cuando lo hacen (como lo harán). No es que llegues a un estado (vivo) en el que no tienes deseos, sino que ves deseos por lo que son y no te atrapan. Deja de lado los que no te harán ningún bien y persigue a los que te harán bien.

Por ejemplo, deseo sentirme mejor, pero tengo una aversión al ejercicio. Sin embargo, mi deseo de sentirme mejor anula mi aversión al ejercicio, así que elijo hacer lo que necesito hacer para sentirme mejor.

Sí … es posible vivir sin deseos. Si podemos diferenciar entre necesidades y deseos.

Las necesidades deben ser satisfechas. Los deseos deben ser controlados de manera sistemática y regular. Una vez que empezamos a enamorarnos de los deseos, ese ciclo continúa sin control.