¿Cómo se puede decir la diferencia entre tener una preferencia y estar bajo la influencia del lavado de cerebro?

La pregunta más intrigante.

Una forma de probar si te lavan el cerebro es buscar una opinión contradictoria. Si está molesto por el ataque de dicha opinión opuesta, y está tratando ridículamente de defender su opinión, desafiando las premisas lógicas y las conclusiones en el proceso, entonces lo más seguro es que tenga un lavado de cerebro.

Es cierto que, a veces, las preferencias fuertes provocan reacciones fuertes, y puede resultar confuso. Sin embargo, si la reacción disminuye a un flujo de lógica y razón, entonces simplemente tiene una preferencia.

Aquí hay algunos ejemplos para aclarar las cosas con suerte:

  • Homosexualidad: si simplemente no prefiere las relaciones homosexuales, entonces los considerará seres humanos con diferentes preferencias sexuales. Por otro lado, ser lavado de cerebro para que no le guste la homosexualidad te obligará a sacar las cruces y el agua bendita. Parecerán como un grupo de, no humanos, por falta de una palabra mejor.
  • Música: Si prefieres el pop sobre la música clásica, simplemente disfrutarás de tu Ed Sheeran y Ariana Grande sin odiar compulsivamente a Chopin y Beethoven. Incluso puede encontrar algunas piezas clásicas encantadoras. Por otro lado, si te lavan el cerebro para creer que la música clásica es para gente con fecha, entonces odiarás cada caso. Incluso esa pista que encontraste genial se convertirá en engendro de Satanás una vez que te des cuenta de que se basó en una pieza clásica.
  • Religión: Esta es algo obvia. Solo mire a su alrededor y podrá descubrir la diferencia entre el lavado de cerebro y los devotos simples. Sugerencia: los devotos con lavado de cerebro son rencorosos con los demás.

Esta lista puede seguir y seguir, pero me duelen los ojos.

Voz interior: Te lo dije, deberías haberte puesto las gafas.

Oh, ciérralo. No eres mi madre

Voz interior: ¿y si soy yo?