1. Comparando. Me comparo con los demás todo el tiempo. En realidad es ridículo. Sé lo poco saludable que es, pero hay días en los que simplemente me cruzo con una imagen de una mujer perfecta o pasé junto a una chica con el cabello perfecto y me sentiré automáticamente menos feliz con mi apariencia.
2. Impaciencia. Niños llorones, personas que tardan demasiado en contar su historia (lo cual, para ser sincero, probablemente yo también lo hago muy a menudo), esperando en las colas … ¡no, gracias!
3. Falta de perdón. Tengo rencores. Si alguien se aprovecha de mi confianza o hace o dice algo que me duele de alguna manera, me resulta difícil perdonar y olvidar. Pasar de las situaciones, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, es algo con lo que lucho.
4. Temperamento. Me frustro muy fácilmente y no reconozco que he perdido la paciencia por algo tan insignificante.
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5. Apariencia. Como la mayoría de las personas, hay muchas cosas que me gustaría cambiar acerca de mi apariencia. Con un fondo europeo, naturalmente tengo un cabello más oscuro y más grueso que la mayoría de las personas, lo cual está muy bien, ya que dudo que alguna vez me quede calvo, PERO los brazos peludos no son generalmente tan atractivos.
6. Gente agradable. Aunque afirmo que no, me importa demasiado lo que otras personas piensan de mí. Si la gente no está sentada bien conmigo, entonces se lo haré saber. E incluso si son los que están equivocados, aun así dedicaré mi tiempo y esfuerzo para intentar solucionar el problema.
7. Organizado. Me gusta ser organizada, lo que suele ser algo bueno. Si un plan no se ha resuelto o si hay un problema que debe resolverse, haré todo lo que pueda para hacerlo, pero a veces esto me parece mandón.
8. Se distrae fácilmente. Soy genial en todo el asunto de “hablar”, pero desafortunadamente soy un oyente terrible. Me esfuerzo mucho, pero me distraigo increíblemente fácilmente. Necesito estar completamente enfocado y en el estado de ánimo adecuado, de lo contrario casi puedo garantizar que no tenga toda mi atención.
9. La terquedad. Defiendo lo que creo y me gusta pensar que soy de mente abierta. Sin embargo, cuando me apasiona un tema, a menudo me desvío para expresar mi punto de vista. En algunos casos no estoy de acuerdo solo para evitar ceder o evitar admitir que estoy equivocado.
10. Delegación. Odio decirle a la gente qué hacer, me siento incómodo y me siento incómodo, así que en vez de eso solo lo hago por mi cuenta. Esto resulta difícil cuando estoy en un rol de liderazgo o como parte de un equipo. Me quedo atascado con muchas tareas, pero en mi cabeza es más fácil hacerlo usted mismo y asegurarse de que haya errores mínimos.