MUERTE
Al aire libre
La conclusión inevitable es que, si la muerte es real, ni yo ni tú probaremos la muerte personalmente. Dejaré de ser consciente antes del final. No importa lo cerca que esté de ella, la muerte se desvanece ante mí. En realidad estoy muerto solo para otros. Cuando llega el fin, mi cadáver pasa a manos del forense. Ya no estaré allí. La muerte siempre se describe desde la perspectiva de los vivos. Como Ludwig Wittgenstein lo expresó, “La muerte no es una experiencia en la vida”.
El concepto de muerte es diferente a la mayoría de los otros conceptos. Normalmente tenemos un objeto y el concepto de ese objeto. Por ejemplo, tenemos un caballo y el concepto de un caballo. Sin embargo, el concepto de muerte es absolutamente sin ningún objeto en absoluto. Pensar en la perspectiva de la propia muerte es una meditación constante sobre nuestra propia ignorancia. No hay un método para conocer mejor la muerte, porque la muerte no se puede conocer en absoluto.
Un problema al discutir este tema es el miedo instintivo a la muerte. Tendemos a evitar la muerte en nuestros pensamientos y acciones. Sin embargo, si pudiéramos olvidar nuestros temores por un minuto, podríamos ver más claramente cuán interesante es realmente el concepto desde un punto de vista más distante.
El nacimiento y la muerte son los sujetalibros de nuestras vidas. Vivir hacia la muerte en el tiempo le da a la vida una dirección y un marco dentro del cual entender los cambios que trae la vida. El mundo se ve muy diferente a los jóvenes y los viejos. Los jóvenes miran hacia adelante. Los viejos miran hacia atrás. Lo que nos importa cambia a medida que envejecemos. La perspectiva de la muerte informa estos cambios. Los jóvenes tienen un entendimiento intelectual de que la muerte nos llega a todos, pero su mortalidad no se ha vuelto real para ellos. Para los viejos, la mortalidad comienza a hundirse.
Durante mucho tiempo, me han sorprendido dos ideas filosóficas famosas sobre la muerte, una de Platón y otra de Spinoza. La primera es que un filósofo tiene una preocupación vital por la muerte y la medita constantemente. La segunda es que la persona sabia no piensa en nada más que en la muerte. Quizás la verdad está en algún lugar en el medio. Ignorar la muerte nos deja con un falso sentido de la permanencia de la vida y quizás nos aliente a perdernos en las minucias de la vida diaria. La rumia obsesiva sobre la muerte, por otro lado, puede alejarnos de la vida. Llegar a un acuerdo honesto con la muerte de uno implica reflexionar sobre su significado en la vida de uno, y pensar en los valores más grandes que dan sentido a la vida. Al final, es útil pensar en la muerte solo hasta el punto de que nos libere para vivir completamente inmersos en la vida que aún tenemos que vivir.
- ¿Por qué Mark Zuckerberg no tiene amantes? ¿O simplemente los esconde?
- Cómo solucionar un problema de negatividad familiar
- ¿Es normal que un chico se sienta atraído por su madre?
- Cómo tener tranquilidad en el menor tiempo posible
- Si pudiéramos aprovechar la energía renovable para todas nuestras necesidades, ¿qué haríamos de manera diferente? ¿Prestaríamos más atención al medio ambiente, etc.?