Yo si.
Odio la enfermería en la sala de operaciones. Cuando empecé:
- Me insultaron,
- Desanimado,
- Hablado abajo,
- Literalmente golpeado con un palo en la cabeza,
- Y casi golpeado por un agudo instrumento arrojado sobre mí.
Lo anterior sucede como una rutina regular.
Lo odiaba tanto, en realidad fui al piso médico / quirúrgico para intentar amamantar allí y luego probé el parto y el parto. Ambas áreas resultaron ser las peores para mí. Así que volví a la sala de operaciones.
- ¿Por qué los estadounidenses odian a Irán a pesar de que Estados Unidos es la razón del odio de Irán a Estados Unidos?
- Odio a todos los conservadores y no puedo evitarlo. ¿Cómo puedo convencerme de no hacerlo?
- ¿Odia Bengal a alguien que no encaja en su definición de “intelectual”? ¿Es Bengal realmente pro establecimiento bajo todo el liberalismo?
- ¿Por qué hay tanto odio de los conservadores por la izquierda progresista?
- ¿Por qué odio a las feministas desde el fondo de mi corazón?
Estaba atrapado en el quirófano. Quería ser enfermera pero no podía funcionar en otras áreas.
Asi que
- Me clavé los talones.
- Estudió las actitudes y comportamientos de las personas en condiciones estresantes.
- Hablé con otras enfermeras O más experimentadas.
- Busco consejo y aliento.
- Se hizo amigo de cirujanos, anestesiólogos y de todos los que me rodeaban.
- Hice todo lo posible para ocultar mi odio y disgusto hacia las personas con las que trabajo.
- Traigo comida para todos. Voy a sus fiestas. Aprendí a decir, hola, hola y adiós.
- Hice lo que pude, incluso a punto de obligarme a gritar a todo pulmón en medio de una playa vacía.
Después de dos años de mandarme a revolcarme en el lodo del quirófano, todavía lo odiaba. Voy a casa y nunca hablo. Solo me acuesto en la cama y nunca duermo. Traté de encontrar maneras de superar lo que estoy pasando.
Tres años, todavía lo odiaba. Cuatro años. Cinco años. Mi odio por ello no se calmó.
Seis años. Empecé a despertar con un poco de entusiasmo.
Siete años, la gente ya no puede trabajar sin mí en el quirófano. Me he convertido en un imán, una fuente de fortaleza, estímulo e inspiración para las enfermeras que desean mojarse los pies en el quirófano.
Si usted es una enfermera, que es nueva y busca especializarse pero no tiene idea de dónde, y se sienta conmigo durante cinco minutos, es probable que haya decidido intentarlo o amamantar.
Sí, soy tan bueno. Eso no es para adular ni para alardear.
Viajo para dar conferencias sobre enfermería perioperatoria como experto en contenido en escuelas y hospitales. Hablo de ello como si estuviera reclutando para un negocio de mercadeo en red de varios niveles: implacable y sabroso.
Pero detrás de esa fachada, solo soy una enfermera que ha pasado por lo que otras enfermeras no tienen que pasar.