Solía ser una de esas personas. No sabía cómo manejar a personas demasiado dramáticas o sensibles. Sus ideas idealizadas, sappy de la vida y el romance me nauseaban. Odio es una palabra fuerte; Molesto es más preciso. Una vez, una amiga vino a mi puerta sollozando después de que su novio la dejara. Respondí con: “¿En serio? ¿Estás llorando tanto por un niño? ¡Supéralo! ”Bueno, eso seguro que ahogó sus lágrimas.
Construí esta fachada fría y sin emociones para que el mundo la viera. Pero la verdad era que estaba pasando por un período de agitación emocional. Reprimí mis propias emociones e intenté reprimir las de otros para ignorar lo que estaba sucediendo en mi propia vida. Para promover mi negación, desarrollé una mentalidad hiper racional. Traté de justificar todo lógicamente y desaprobé a las personas emocionales por dejar que sus emociones nublaran su lógica. La realidad es que un equilibrio entre la lógica y la emoción es saludable y necesario para una vida plena.
Si alguien atraviesa una lucha emocional o mental, puede bloquear las emociones como un mecanismo de afrontamiento y afirmar que “odian” a las personas emocionales.
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