El adoctrinamiento implica fuerza, ya sea moral o política. Sin elección, no aprendemos y ciertamente no debatimos, que es el ejercicio más importante al que sometemos nuestras ideas y nuestras mentes, por lo que concluyo que los adoctrinados son, en el mejor de los casos, los benefactores indirectos y su beneficio es Constantemente subordinado a los beneficios del indoctrinador.
Los jesuitas son un ejemplo interesante de un enfoque liberal de la educación religiosa, pero fue su voluntad de explorar más allá de la doctrina y el énfasis en el debate sobre los resultados prácticos lo que los justifica como un ejemplo positivo neto de adoctrinamiento. El problema sigue siendo que la Compañía de Jesús es solo una rama de una institución mucho más grande que ha usado el adoctrinamiento para reforzar el poder religioso, y no una institución aislada. Yo diría que, en la práctica, los resultados netos de una educación religiosa son adoctrinamiento: la aceptación de condiciones a priori como evidencia de la fe de uno es necesaria para el “éxito”.