Pasé algo similar cuando tenía 9 años. Sin importar lo que estuviera haciendo, mi mente vagaba continuamente hacia el color rojo, y luego transformaba mis pensamientos en violentos y aterradores. Más tarde, mientras obtenía mi segundo grado, conseguía una cantidad ridículamente pequeña de sueño a diario y nuevamente sufría de pensamientos de fuga. Como usted, también tomé medidas drásticas para tratar de controlar mis pensamientos. Aquí están las estrategias que encontré que funcionaron a partir de estas dos experiencias:
- Detener el ciclo del miedo frío. Preocuparse por el problema solo aumenta el control del problema sobre usted.
- Haga lo que tenga que hacer para distraerse de la situación cuando no esté experimentando el problema directamente. La distracción de todo tipo es bienvenida, desde leer, ver televisión o películas, pasar tiempo con amigos y no hablar de su ansiedad. La risa ayuda.
- Adoptar una postura sin prejuicios. Si te equivocas, no te enojes contigo mismo. Sea amigable con su mente, a pesar de que deambula y le hace sentirse expuesto o asustado a veces. Después de todo, solo tienes una mente, y no ayuda a convertirlo en enemigo.
- Trate de mantenerse a tierra. Pase tiempo con una mascota, alguien que siempre saca lo mejor de usted, o conéctese con sus sentidos corporales. Sus sentidos del gusto, el olfato y el tacto son particularmente útiles en este momento.
- No puedes dejar de pensar este problema. El camino hacia arriba y hacia afuera es a través de la conexión con su cuerpo y las emociones.
- Coloca un rastro de migas de pan cuando te permitas pensar demasiado ansiosamente. Si te quedas solo y te sientes loco, esta es una forma de encontrar tu camino de regreso a la cordura. Lo que quiero decir con migas de pan son marcadores o señales para sus pensamientos críticos y pivotantes. Digamos que tu mente se fue a una tangente sobre sentirse vulnerable. Puede colocar marcadores con los pensamientos críticos en su argumento, como, no me siento seguro; Debo estar en peligro; Puede que no salga vivo de aquí; Podría dejar a mi familia completamente sola; Soy una persona horrible porque lastimo a los que amo. Si finalmente se da cuenta de que tiene una opción en este último pensamiento, comience a regresar de manera deliberada para que pueda sentir dónde ocurrió cada giro importante.
- Ver a un terapeuta es una buena idea. Hablarlo con otras personas puede hacer que te hundas más en el agujero, por lo que te sugiero que limites la cantidad de tiempo que pasas discutiéndolo con otros.