¿Cómo manejan los consejeros a los clientes que los insultan?

Se llama golpear un nervio, para tomar prestada una expresión más dentest. Es su problema. Sé cuándo cometo errores y me disculparé rápidamente, pero mi trabajo es empujar los límites de la gente. Se enojan a veces.

Sobre todo si se enojan, me quedo callado y les dejo que expresen su opinión. Muchas veces no lo presiono porque el concepto ya está funcionando y está haciendo su trabajo. Nunca es agradable ser gritado pero eso no me molesta. Repasaré lo que hice en mi cabeza y determinaré cómo los activé.

Hay veces que he dicho algo que fue hiriente de una manera no intencionada. Si tengo la oportunidad, repararé el error. La mayoría de las veces los pacientes me conocen lo suficiente, sienten que pueden enfrentarme sin repercusiones.
Sin embargo, estoy tratando con humanos y recorren todo el mapa por razones sorprendentes. Incluso los estúpidos. Mi trabajo es tratar de conseguir que, en contra de su propia voluntad, vean algo que normalmente les molesta. Trato de ser amable al respecto.

Este tipo de cosas pasa todo el tiempo. Una ruptura se producirá en la relación terapéutica tarde o temprano. Sucede. Trato de no tomarlo personalmente y procesar con mis supervisores o compañeros sobre la situación. Tiendo a usar estas situaciones como una oportunidad para curar la ruptura y seguir adelante.

Déjame ponerte un ejemplo:

C (molesto por xyz): “¡¿Quién te crees que eres ?!”

T (de manera calmada): “Entiendo que está molesto, pero si no baja el tono, no podemos continuar nuestra sesión”

Así que el terapeuta es firme con la regla, pero no responde de la misma manera, ni rechaza al cliente de ninguna manera. Entonces le corresponde a un cliente decidir cómo quiere proceder.