Tener todo puede llevar a la tristeza sin duda. ¿Recuerdas que de niño realmente querías un juguete? Las posibilidades de que sigas jugando con él son bastante escasas. Por lo general, aquellos que lo guardan porque es una especie de preciosa señal para ellos por cualquier razón personal, pero la mayoría de las personas no tienen ese tipo de vínculo. De todos modos, si dijiste que no, entonces ¿por qué ya no lo tienes? ¿Te aburriste de eso? ¿Te has olvidado de eso después de un tiempo? ¿Fue desechado sin su permiso?
Si tuvieras todo lo que siempre quisiste, ¿no te aburrirías de todo?
Además, no tendrías ninguna inspiración y ganas de levantarte cada mañana. No tendrías una sola ambición en la vida. Por lo general, sin un sueño, la gente vaga sin rumbo fijo, y un día se despiertan deprimidos preguntándose por qué siguen vivos. Trabajar hacia una meta sirve como un cumplimiento en la vida. Una vez que se cumpla ese objetivo, debe haber otro objetivo fuera de su alcance que debe intentar alcanzar. Tener ambición nunca termina el progreso mientras no tengas todo. Si lo tiene todo, ¿qué ambición tendría o una razón para vivir?
Tener todo es lo que está hecho para ser. No te limites. Siempre busca más o de lo contrario podrías sentir que no tienes nada por lo que vivir.
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–Eli Jenkins
@JenkinsWritings