Interesante pregunta.
Una cosa con la que luchan muchos Borderlines, incluido yo mismo, es la falta de identidad. Me siento como un camaleón, cambiando todo dependiendo de con quién estoy y como un espejo sin nadie delante para reflexionar cuando estoy solo. Es un sentimiento muy vacío, tumultuoso. Lo único que puedo reclamar es el manto de Borderline. Esa es una palabra e identidad que puedo poseer.
El objetivo de la terapia, por supuesto, es superar esa situación y encontrar formas más saludables de hacer frente y mejores palabras para reclamar. Para reducir los síntomas a un nivel manejable y desechar el diagnóstico. A veces se siente como si alguien estuviera tratando de arrancar un oso de peluche al que me aferro lo más fuerte posible a mí mismo, y todo lo que crea es un resentimiento y una actitud de “Te mostraré” con síntomas exacerbados. A veces, es un día mejor, consciente, racional y no es tan malo. Pero creo que es fácil sentirse abrumado y perdido en la terapia. Disfruto de DBT porque valida esa experiencia y me desafía a superar el torrente emocional que surge ante el cambio y lo desconocido. Si bien ha sido el modelo de terapia más efectivo para mí, no está exento de desafíos.
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