El pensamiento sistemático (ST) y el pensamiento analítico (AT) tienen diferentes objetivos.
El pensamiento sistemático se centra en las diferentes partes de un sistema y en cómo funcionan en conjunto. Los objetivos principales son comprender cómo se controla el sistema y cómo aumentar la eficiencia. Los objetivos secundarios incluyen la creación de materiales que ilustran y explican las diferentes partes del sistema y cómo funcionan. El pensamiento sistemático utiliza el pensamiento analítico para ayudar a comprender la complejidad del sistema y cómo las partes contribuyen al funcionamiento del sistema en su conjunto.
El pensamiento analítico se centra en separar algo en sus partes constituyentes y en determinar cómo se relacionan. Se utiliza para determinar las categorías separadas de las diferentes funciones y para simplificar el conjunto en partes o funciones comprensibles. Al pensamiento analítico se le pueden asignar tareas específicas que se centran en un aspecto de todo el sistema, como su eficiencia, como en un análisis de costo-beneficio. El pensamiento analítico también puede centrarse en cómo recopilar información sobre cómo funciona un sistema y cómo recopilar información sobre su funcionamiento. El pensamiento analítico podría estar dirigido a descubrir alternativas a partes de un sistema o rechazar las adiciones o sustracciones inaceptables a un sistema.
El pensamiento sistemático está dirigido a comprender la composición y el funcionamiento de un sistema. El pensamiento analítico está dirigido a comprender cómo funciona un sistema con los objetivos de comprender, mejorar o modificar el sistema de maneras específicas.