El primer paso y el paso clave para estar atento es ser consciente: ser consciente del presente, su entorno, sus sensaciones corporales y, lo más importante, sus pensamientos.
Nuestras mentes son estos asombrosos y misteriosos objetos que están constantemente decorados con pensamientos. Es imposible nunca pensar en ningún momento. La atención plena te ayuda a hacer una conexión con tu mente y tus pensamientos, y es un sentimiento verdaderamente maravilloso.
Un ejercicio básico para ayudarlo a comprender la atención plena y conectarse con sus pensamientos es este: ubíquese en una habitación oscura o con poca luz, con poco o ningún ruido o disturbios. Fije un temporizador durante 5 minutos, cierre los ojos y respire y exhale. Concéntrese en su respiración, el ritmo de sus respiraciones y el movimiento de su cuerpo mientras inhala y exhala. Obtendrá otros pensamientos al tratar de concentrarse en su respiración. Es natural. No trates de expulsar estos pensamientos, no. En su lugar, reconozca los pensamientos y luego continúe con los pensamientos y deje que su mente vuelva a concentrarse en su respiración.
Recuerda: NO saques tus pensamientos de tu mente. Deje que los pensamientos se vayan flotando mientras guía suavemente su mente para que piense en su respiración.
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No importa cuántas veces tenga pensamientos sobre otras cosas que no sean su respiración, siempre y cuando pueda hacer que su mente vuelva a pensar en su respiración, ¡lo está haciendo muy bien!
Puede incorporar este ejercicio de atención plena en las actividades que realiza en su vida diaria. Mi favorito personal es la atención plena cuando estoy planchando mi ropa. Me concentro en la textura de mi ropa, cómo el hierro se desliza sobre el material, cómo desaparecen las arrugas cuando paso suavemente el hierro sobre ellas y así sucesivamente. También me gusta practicar este ejercicio cuando me lavo los dientes o me lavo el pelo. Me gusta ser consciente de los diferentes sentidos que entran en juego como el gusto, el olfato y el tacto. Me concentro en cómo se sienten las cerdas contra mis dientes, o cómo mis dedos se sienten en mi cuero cabelludo. También me concentro en el movimiento de mis brazos, el ritmo de mis movimientos. Es casi como la música. A veces también practico la atención plena cuando estoy lavando los platos o barriendo el suelo. Confía en mí, este ejercicio ya no hace que las tareas se sientan como tareas domésticas. El trabajo se vuelve divertido.
Hay muchos tipos diferentes de ejercicios de atención plena. Encontrarás muchos de ellos en YouTube. Dale una oportunidad a esos cuando tengas tiempo de sobra.
Comience poco a poco con estos ejercicios y gradualmente se encontrará siendo más y más atento, y confíe en mí, le traerá mucha satisfacción y disfrute en la vida.