Gran parte de lo que escuchas sobre la crianza de un niño para mejorar las posibilidades de éxito del niño son opiniones psicológicas, como el famoso libro del Dr. Spock. Algo de lo que predican se aplica al “niño promedio”, pero cada niño es diferente y único y tratarlos a todos por igual a menudo es un gran error.
Hay, sin embargo, algunos estudios científicos muy serios que han mostrado características específicas que muestran, contribuyen o resultan en un futuro estadístico exitoso mejorado. Aquí hay una muestra, pero es posible que desee investigar otros:
Los niños que muestran que los pacientes tienen más probabilidades de tener éxito. Este es un rasgo aprendido que un padre puede influir.
Los niños con curiosidad natural y ganas de aprender demuestran ser más exitosos. Esto tiene aproximadamente un 50% de personalidad natural, pero también es aproximadamente un 50% de nutrición, un rasgo aprendido en función de su entorno. Los jóvenes necesitan el factor “WOW” para mantener su atención, pero a medida que envejecen, estarán más dispuestos a seguir aprendiendo por su propio bien.
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Los niños a los que se les ha enseñado a darse permiso para fallar sin ser avergonzados o sentirse mal son más a menudo los innovadores y los pensadores independientes de la sociedad. Los padres, los maestros y sus compañeros contribuyen a esto, pero entre ellos, los padres tienen la mayor influencia y cuanto antes mejor. Fallar a menudo altera el ego y la confianza en sí mismo de un niño, pero aprender que está bien fallar y que es una parte natural del aprendizaje es una realización poderosa para un niño.
El respeto es uno de esos beneficios no intuitivos que tiene efectos de gran alcance. Si un niño muestra respeto por los ancianos, los maestros e incluso las cosas materiales, esto afecta directamente el aprendizaje del niño. Comprender que el niño puede aprender de todos y todo es un seguimiento lógico para respetar a otras personas. También afecta la confianza en sí mismo al influir directamente en la disposición del niño para aprender y / o aceptar aportes externos de información y experiencia. El respeto también altera la disposición del niño a seguir aprendiendo al enseñarle cómo hacer preguntas, aceptar información y cuestionar la autoridad sin ser irrespetuoso, argumentativo, agresivo o de mente estrecha.
Enseñar a un niño a no avergonzarse de un error, un atributo físico o el éxito de otros también es clave para una personalidad equilibrada. La vergüenza es una experiencia poderosa en un niño y puede ser buena, pero la mayoría de las veces es negativa y con frecuencia puede impactar al niño por años o por la vida. No tener vergüenza no es bueno, pero la mayoría de los niños exageran los sentimientos negativos y frecuentemente los interiorizan. La vergüenza afecta la confianza en uno mismo, lo que afecta la voluntad de continuar, tener éxito y aprender.
Todo esto puede ser influenciado tanto positivo como negativo por los padres y el entorno del niño. Hay otros como estos. La forma en que enseña esto varía según el niño, pero un padre reflexivo puede resolverlo.
Buena suerte.