Esto puede sonar extraño y no relacionado, pero confía en mí cuando digo que está relacionado. ¡Necesitas buena comunicación! 😉
Lo primero que haría sería trabajar para crear un canal de comunicación de calidad con la persona. Les expresaría mis sentimientos y les haría saber cuáles son mis necesidades o las de alguien más que no están siendo satisfechas, lo que está creando los sentimientos. Haría una clara solicitud de la persona. Entonces me enteraría de la misma persona. ¿Cuáles son sus sentimientos? ¿Qué necesidades de las suyas no se satisfacen, lo que conduce a sus sentimientos? ¿Qué peticiones tienen de mí o de otros? Una vez que sepa qué necesidades no se están satisfaciendo, ambos pueden trabajar en estrategias para satisfacer cada necesidad a través de solicitudes claras.
Con necesidades definidas como recursos que la vida requiere para sostenerse. Por ejemplo, nuestro bienestar físico depende de nuestras necesidades de aire, agua, descanso, refugio y alimentos que se cumplan. Nuestro bienestar psicológico y espiritual aumenta cuando se satisfacen nuestras necesidades de comprensión, apoyo, honestidad y significado. Según esta definición, el alcance es universal sin referencia a una persona, grupo o acción. Por ejemplo, el dinero y el gobierno (COMO LO SABEMOS) no sería una necesidad, sino una estrategia para satisfacer una necesidad. La comida caería bajo necesidad.
Es mucho más probable que las personas escuchen y se preocupen por las necesidades de los demás si piensan que los demás están preocupados por las suyas.
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Después de usar esa aprobación, he podido reemplazar el hábito de pensar en términos de evitar hacer el mal con la mejor manera de enriquecer la vida de mí mismo y de los demás al comprender realmente cuáles son nuestras necesidades y encontrar las mejores estrategias para satisfacerlas.
Hay un gran libro y sistema para aprender este enfoque llamado “Comunicación noviolenta” de Marshall Rosenberg.