- Ausencia de enfermedad o discapacidad. Es más probable que tengamos una discapacidad a medida que envejecemos, lo que puede interferir con el disfrute de la vida. Los adultos mayores también son más propensos a desarrollar enfermedades como enfermedades del corazón, obesidad y presión arterial alta. Para minimizar sus riesgos, coma de manera saludable (más verduras, menos azúcar y alimentos procesados), haga ejercicio y hágase chequeos médicos regulares.
- Alta función cognitiva y física. “Si no lo usas, lo pierdes”. Así que sigue haciendo ejercicio y haciendo cosas que desafíen tu mente. Lea libros, haga crucigramas, vaya a bailar, sirva de mentor a una persona más joven, tome clases, aprenda un nuevo idioma.
- Compromiso con la vida. Los adultos mayores pueden ser más vulnerables al aislamiento social, especialmente si han perdido un cónyuge, sus hijos se han mudado o las discapacidades hacen que sea más difícil salir de casa. A veces, se necesita energía para entrar en actividades sociales. Para mantenerse comprometido con la vida, busque actividades para participar y grupos sociales donde pueda interactuar con otros.
Mi modelo a seguir para el envejecimiento exitoso es mi papá. Aprendió francés y cómo bailar tango en sus años 60, pinta, y consiguió su cinturón negro en karate a la edad de 67 años. ¡Todo se trata de encontrar cosas que le interesen y hacerlas!