Las personas con trastorno de personalidad (DBP, antisocial, histriónica, narcisista, etc.) no se “recuperan” de ellas. Es una parte entretejida de su personalidad; es cómo se construye su personalidad, que es lo que hace que los trastornos de la personalidad sean diferentes de estar deprimidos o tener TEPT. En lugar de “recuperarse”, estas personas aprenden formas de manejar el trastorno: aprenden habilidades de afrontamiento efectivas, maneras de manejar los impulsos, formas de reconocer cuándo y cómo su pensamiento es defectuoso y formas de cambiarlo. Se trata de adaptar y aprender formas de vivir con el trastorno.
Dicho esto, para aquellos que pasan por el proceso de tratamiento y tratan de vivir la vida de una manera más equilibrada, puede ser muy difícil adaptarse a una nueva forma de pensar y manejar las cosas de una manera completamente diferente. Requiere manejar las relaciones interpersonales de manera diferente, manejarse de manera diferente, enfrentar situaciones y al mundo en general de manera diferente. Aunque puede ser beneficioso y traer cosas maravillosas, puede ser inmensamente, inmensamente difícil y requiere mucho apoyo, ánimo, fuerza y valentía.