La necesidad de mejorar el sistema educativo nunca ha sido mayor. Los congresistas y las empresas defienden las costosas aplicaciones tecnológicas para mejorar la educación a pesar de la falta de evidencia empírica de su eficacia. Argumentamos que una vía barata para mejorar la educación ha sido ampliamente ignorada. Los psicólogos cognitivos y educativos han identificado estrategias que mejoran en gran medida el aprendizaje y la retención de información, y sin embargo, estas técnicas generalmente no se aplican en la educación ni se enseñan en las escuelas de educación. De hecho, los maestros a menudo utilizan prácticas de instrucción que se sabe que están equivocadas (es decir, agrupar en lugar de intercalar ejemplos para explicar un tema). Identificamos tres principios generales que no son costosos de implementar y que se han demostrado en experimentos de laboratorio y de campo para mejorar el aprendizaje:
(1) distribución (espaciado e intercalación) de la práctica en el aprendizaje de hechos y habilidades;
(2) práctica de recuperación (mediante autoprueba) para un aprendizaje duradero; y
(3) preguntas explicativas (interrogación elaborativa y autoexplicación) como estrategia de estudio.
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Describimos cada técnica, proporcionamos evidencia de apoyo y discutimos las aplicaciones en el aula. Cada principio puede aplicarse a la mayoría de los temas desde el jardín de infantes hasta la educación superior. La aplicación de los hallazgos de la psicología cognitiva a la instrucción en el aula no es una panacea para los problemas educativos, pero representa una estrategia útil y económica.