La respuesta a esta pregunta realmente depende del contexto en el que se hace. Para un estudiante, por ejemplo, la participación activa puede significar involucrarse con el material del curso de una manera que promueva la síntesis de ideas y conceptos. Para un paciente, por otro lado, significa asumir un papel integral en el tratamiento trabajando con los cuidadores para establecer el mejor estándar de atención en lugar de simplemente ser “tratado”.
En todos los entornos, la participación activa significa hacer en lugar de haberte hecho a ti. Mejora los resultados de aprendizaje en el aula, ya que los estudiantes defienden su propia experiencia educativa y se autogestionan, lo que puede ayudar especialmente a los estudiantes en riesgo a obtener el mayor beneficio. También mejora los resultados del tratamiento, al motivar y capacitar a los pacientes para que tomen decisiones y se sientan en control. En el lugar de trabajo, mejora la productividad y la moral.
En última instancia, significa asumir la responsabilidad de su propio estado, sea lo que sea, y no dejarse relegado a un lado.