¿Qué le está pasando a nuestra vida social hoy en día?

Estamos pagando el costo del progreso. Más bien la generación actual que se llama la Generación Y2K. Una vez leí una cita sobre el Progreso, es decir, intentamos lo mejor para tratar de detener el progreso, pero el progreso sigue adelante ya que podemos ver el cambio que el progreso ha traído a nuestro alrededor.

La parte triste del progreso es que terminamos volviéndonos más y más dependientes de él, nuestros padres dependían de él, a lo que nuestros abuelos se oponían y la lista continúa. Incluso nos antagonizaremos con el progreso de nuestros hijos, que podríamos encontrar demasiado radicales para nuestra comodidad, pero al final el progreso tendrá éxito.

La generación actual está pagando el costo del progreso, ya sea tecnológico o social, ya que están obteniendo cosas que no eran tan accesibles para nosotros, lo que creo que las ha suavizado y también que no aprecian los lujos que obtienen sin mucho esfuerzo.

Y el costo del progreso está apareciendo en forma de presión de los compañeros, celos, complejo de inferioridad y competencia excesiva.

Bueno, mi opinión sobre esto es que, el mundo se ha vuelto cada vez más competitivo y la codicia humana ha aumentado tanto que casi nos hemos olvidado de “VIVIR, AMAR Y RÍO”.

Nos hemos metido en un punto muerto en el estatus social, el poder del dinero y el estado egocéntrico que no queremos salir de nuestras casas y conocer gente, no queremos interactuar con amigos reales, no queremos enfrentarnos La realidad del mundo.

Nos hemos convertido tanto en la cara de la generación de Internet que las relaciones humanas ya no nos importan, lo que importa es el wifi, el nivel de batería en el móvil y la señal en el teléfono móvil.

Lo triste es que sabemos que estamos permitiendo que la tecnología nos controle mucho, pero todavía estamos permitiéndonos que nos controle cada vez más.

Nos estamos olvidando del elemento muy básico de la vida: vivir.

Nos hemos obsesionado con el círculo vicioso de ganar dinero que difícilmente podemos ver y salir de él.

Se acabaron los días en que solíamos jugar en los campos desde el amanecer hasta el anochecer sin estigma social, y todos en nuestro grupo de edad eran bienvenidos sin su estatus socioeconómico. En estos días, los niños no encuentran nada bueno en salir y jugar, sino que, a la edad de 5 a 6 años, comienzan a exigir su propia privacidad, aparatos y adicciones. Cuando era niño, casi no conocía la intimidad, reunirme con todos mis primos para todas las vacaciones, ir a una excursión en grandes manadas era algo muy codiciado en aquel entonces. Ahora, hemos llegado a una situación en la que las relaciones interpersonales apenas importan.

La causa fundamental de todo: creo que es la codicia del hombre. ¿Qué piensas?

Por cierto, gracias por hacerme pasar por esos caminos de nostalgia, persiguiendo todos esos días dorados y revolviendo todos los recuerdos de más de las últimas 2 décadas.