Este es un tema complejo.
Antes de 1973, la homosexualidad en realidad se consideraba una “enfermedad mental”, al menos por los psiquiatras que crearon la edición 2 del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-II). En la edición 3, se reclasificó como normal, ver: Cuando la homosexualidad salió (del DSM) – Madura en América
Pero solo porque un fenómeno es considerado como una “enfermedad mental” no significa que en realidad lo sea. Incluso la misma noción de enfermedad mental es controvertida. Existen patrones de comportamiento, estructuras psicológicas y síndromes que pueden o no estar alineados con las normas sociales dominantes del día, y cuando un comportamiento se desvía lo suficientemente lejos de lo que las personas con “autoridad” piensan que es común, entonces alguien en algún lugar lo califica. comportamiento desviado, o una enfermedad. Como dijo un psiquiatra, lo que podría considerarse un trastorno obsesivo-compulsivo en Estados Unidos hoy en día, podría verse como un deseo saludable de mantener un hogar impecable en, por ejemplo, Alemania o Japón.
La definición de “enfermedad mental” que está surgiendo en el campo de la salud mental actual se centra en si un patrón de comportamiento es disfuncional o no. Si alguien no está teniendo problemas para llevarse bien en el mundo, entonces no hay enfermedad.
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En la década de 1600, hubo “cazas de brujas” en las cuales las mujeres, identificadas por su comportamiento “extraño”, fueron excluidas y asesinadas. Su comportamiento era “disfuncional” en el sentido de que llevó a su ostracismo de la sociedad, sin embargo, esta “disfunción” fue fabricada enteramente por la sociedad y las mujeres fueron la víctima involuntaria. Entonces, incluso con “funcional” como una definición de enfermedad, uno debe ser cauteloso al definir qué problemas son el resultado del individuo y cuáles son, en última instancia, la culpa de una sociedad que es rígida y crítica.
En 1980, la “histeria” se clasificó como un trastorno mental que afectaba solo a las mujeres hasta que se eliminó del DSM.
Específicamente para la homosexualidad, los principales argumentos para ser una “enfermedad” son:
- alguna justificación sobre la procreación
- el problema que puede causar personas en sus vidas debido a la no aceptación
- su baja frecuencia (menos del 10% de la sociedad)
Las principales fallas en las afirmaciones de “enfermedad mental” son que:
- Las personas con esta “condición” llevan una vida feliz y exitosa
- La homosexualidad ha sido un fenómeno desde que se registra la historia.
- Parece tener una base biológica (a partir de estudios sobre roedores) y está presente en otras especies.
- su discutible alta frecuencia (hasta un 10% de la sociedad)
En última instancia, el concepto de “enfermedad mental” es una idea nueva y en constante evolución, y no está claro por qué la homosexualidad debe tratarse de manera diferente a cualquier otra preferencia sexual (por ejemplo, rubias y morenas). Si la importancia de la procreación fuera realmente el argumento dominante, entonces los sacerdotes célibes y las personas que no desean tener hijos también podrían considerarse desviados sexualmente.