No hay razón para odiar el comunismo real, esa idílica sociedad utópica retratada como la última etapa prevista de la civilización humana. No está amenazando ni asustando a nadie en un estado mental normal. Pero si la pregunta es sobre el marxismo-leninismo es realmente interesante.
Creo que una posible respuesta es que los seres humanos tendemos a evaluar las cosas más de acuerdo con la utilidad en lugar de los criterios morales; en realidad, a lo largo de la historia, los principios morales se han torcido para adaptarse a las necesidades reales o aparentes muchas veces. Por ejemplo, si tuviéramos que considerar solo el número de personas asesinadas por el bien de la ideología en la historia humana, tanto el cristianismo como el islam estarían en la cima de la lista de ideologías más diabólicas. Pero la gente de alguna manera tiende a justificar y hacer caso omiso de eso y concentrarse en lo que consideran cosas buenas de la religión. La ideología marxismo-leninista funciona exactamente igual, justifica todo como sacrificios necesarios que deben realizarse para obtener un futuro mejor para la mayoría.
El fascismo, por otro lado, es menos fácil de tragar por la gran mayoría porque es brutalmente honesto. No quieren el bien de todos sino de los superiores. Se supone que las masas pierden todas sus identidades individuales para convertirse en una herramienta sin voz y sin sentido de los poderosos. Ese tipo de pensamiento no puede ser muy popular, se concibe como una ideología restrictiva, solo para los elegidos. No puede ser popular y es más fácil odiar.
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