Para mí no fue exactamente una epifanía, sino más bien una realización gradual de que cada vez en mi vida que tenía un deseo poderoso de hacer algo, incluso algo que tenía una gran incertidumbre o improbabilidad, logré lograrlo. Esto solía sorprenderme cada vez, pero hoy solo me da una cierta confianza de que puedo hacerlo, sea lo que sea. Siempre parece depender de lo fuerte que lo quiera y de lo bien que lo pueda imaginar. Un deseo muy fuerte combinado con una imagen muy clara me mantiene buscando nuevos ángulos en un problema mucho después de que otros se hayan rendido. Hoy me doy cuenta de que la “realidad” es principalmente una cuestión de motivación e imaginación.
Además, crecer sin muchas expectativas puestas en mí, aparte de no meterme en problemas, probablemente me ayudó. La actitud de mi padre hacia la mayoría de mis sueños y planes juveniles fue simplemente: “Bueno, no lo entiendo, pero buena suerte y hágame saber cómo va”. Este tipo de apoyo neutral, sin mucho juicio ni expectativa, me dio una Campo mental amplio para elaborar mis ideas. Mi madre, por otro lado, siempre me informaba que “¡simplemente no estás viviendo en la realidad!”. Ignoré estas afirmaciones porque una vez que tenía el deseo de hacer algo, ese deseo superó cualquier mensaje desalentador que se me presentara.
Entonces miro tu pregunta así: Primero hay un deseo o una pregunta, y de ahí se forma una imagen. Si el deseo no es muy fuerte, o la imaginación es débil, la idea pronto se desvanecerá. Pero la combinación de un deseo poderoso con una imaginación poderosa puede llevarlo todo el camino. En este caso, su mente seguirá trabajando y trabajando en su idea desde todos los ángulos posibles, y luego algunos más. Será como un rompecabezas desafiante y cada obstáculo que superes solo fortalecerá tu motivación. No te rendirás.
Por supuesto, a veces existe la cuestión del alcance y algunas ideas no se completarán en esta vida. Piense en la rica vida mental de personas como Feynman o Tesla. ¿Mantenemos en contra de ellos que todavía estaban trabajando en ideas inacabadas al final de sus vidas? Por supuesto no. La curiosidad, el deseo, la imaginación son lo que los impulsó, y deben conducir a cada mente humana creativa, sin importar cuán pequeña, grande o improbable sea la idea.
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Además, no permitas que los detractores te desanimen, simplemente ignóralos. Lo que está pasando en tu mente es probablemente más interesante que lo que está pasando en la de ellos. Su idea de “realidad” es diferente a la tuya y son bienvenidos a su propia versión. Mientras tanto, disfruta cada minuto de ir por tu sueño, porque esa es la forma más elevada de esfuerzo humano. Nada se ha logrado sin esta actitud. Piénsalo: cada cosa hecha por el hombre a tu alrededor, cada descubrimiento, comenzó como un deseo o pregunta en la mente de alguien. Solo lo sabemos porque actuaron y lo tomaron todo el tiempo. Lo que antes no existía se hizo realidad.
Por último, esa vieja sabiduría: “ten cuidado con lo que deseas”, siempre se aplica. No todo lo que he deseado y hecho realidad me ha hecho feliz. A veces mi búsqueda impulsiva de un sueño me cegó a reconocer ciertas cosas que deberían haberme desanimado. Pero una vez que la cosa se volvió real me quedé atrapado. Así que hoy soy un poco más cauteloso para ir tras las cosas, sabiendo que con mi naturaleza tenaz las lograré. Busco señales de confirmación y señales de advertencia para saber si debo proceder o retroceder mientras aún hay tiempo. Reviso mis suposiciones e intento permanecer consciente de que siempre hay incógnitas.