Tu no eres.
Estás en el mundo que percibes, y yo estoy en el mundo que percibo. Vamos a ver las cosas de manera diferente, tú y yo, en virtud del contexto de nuestra existencia: dónde vivimos, qué hemos hecho, qué hemos experimentado, cuándo existimos, a quién conocemos, etc.
Sin embargo, en la medida en que nuestras percepciones difieren, si las superpones tendrías una imagen más como una película en 3D sin las gafas especiales que un contraste ininteligible de imágenes muy diferentes. Tenemos mucho más en común (nuestro ADN, nuestras estructuras físicas, nuestros cerebros) que lo que hacemos en la diferencia. Y para aquellos que se encuentran cerca, a menudo también compartimos cultura, ubicación e idioma, similitudes de experiencia.
Lo que estás sintiendo es una disonancia entre tu percepción individual de tu mundo y tu percepción del mundo como crees que otros lo ven. Comienza desde las partes comunes y busca cómo llegaste a tu propia divergencia, y entenderás cómo otros llegaron a la suya.
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