Desde mi experiencia, la mejor manera de perdonar a alguien es dejar de lado cualquier expectativa poco realista que tengas de ellos, como la idea de que puedes cambiar su forma de pensar o convencerlos de que adopten la tuya.
Creo firmemente en el dicho: no puedes cambiar a las personas, solo puedes cambiar tu reacción hacia ellas.
A veces, eso significa alejarse de una relación y preservar la dignidad de uno para que pueda darse el perdón. Eso puede sonar drástico, pero sigo creyendo que es mejor alejarse que aferrarse implacablemente a la ira y al resentimiento, lo que en realidad solo equivale a la energía desperdiciada (la suya).
También me gusta el dicho: Nadie puede insultarte sin tu permiso.
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Me tomó un tiempo ver las cosas de esta manera, pero en realidad todo es aprender a establecer límites saludables y conservar la energía de una persona para usarla de una manera más positiva y constructiva. Es muy liberador: dejar ir la angustia.