La mejor manera de averiguarlo es ver a un médico de salud mental que se especialice en trastornos de la imagen corporal y de la alimentación. Creo que es importante encontrar a alguien con esto como una especialización. El diagnóstico y el tratamiento del trastorno de la alimentación y la imagen corporal pueden ser complejos, y la mayoría de los clínicos de salud mental no cuentan con la capacitación especializada formal y avanzada necesaria para brindar dichos servicios de manera eficaz y responsable. Personalmente, recomendaría a una persona que viene a mi oficina para que me ayude con este trastorno, porque no me considero lo suficientemente capacitado en esta área.
El diagnóstico puede ser complicado porque el médico debe distinguir este trastorno de otros que pueden parecer similares en la superficie (como desordenes obsesivos compulsivos, anorexia y bulimia) o simplemente baja autoestima y una imagen corporal deficiente. A muchas personas no les gusta cómo se ven y quieren hacer cambios (especialmente en esta época del año, Año Nuevo). Querer superarte es genial. Sin embargo, la BDD emerge cuando el individuo cruza y se obsesiona más obsesivamente con defectos físicos menores o imaginarios. La preocupación y los comportamientos resultantes de esconder o “arreglar” el defecto son angustiantes y tienen un impacto negativo en la vida de la persona. Más a menudo, otras personas le dirán a la persona que no hay nada de malo en ellas y que “necesitan ayuda” porque la persona cree que está actuando de manera racional. Tales individuos a menudo son referidos a terapia por miembros de la familia.