Creo que depende de tu propia narrativa. ¿Esta experiencia causa un estrés significativo que tiene un impacto negativo en la vida de uno? ¿O la experiencia se siente manejable a pesar de la dificultad de la emoción que sigue surgiendo?
Mi creencia personal es que si alguien está dispuesto a trabajar con el material y puede mantenerse a salvo, este es un despertar espiritual. Cuando alguien está a merced de lo que está causando estrés y ha intentado todo tipo de tratamientos, incluidos los tratamientos espirituales y nada está funcionando, vale la pena considerarlo como un trastorno. Esto no significa que no sea un despertar espiritual, pero a veces es útil considerarlo como un trastorno para obtener el tipo de tratamiento adecuado para conectarse a tierra.
Hay una gran cita de Stanislav Grof:
Si bien los psiquiatras tradicionales generalmente tienden a patologizar los estados místicos, también existe el error opuesto de romantizar y glorificar los estados psicóticos o, lo que es peor, pasar por alto un problema médico grave ”(Grof, 2000).
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