No hay nada correcto o incorrecto. Todo es neutral, somos nosotros los humanos los que creamos una diferencia basada en nuestras opiniones, intereses y pensamientos que apreciamos.
Dios nunca hizo nada con diferencias, nosotros lo hicimos. Así es como percibimos la realidad tal como se nos enseña a verla de esa manera.
El derecho de una persona puede, al mismo tiempo, ser incorrecto de otra persona. Todo comienza y termina con la cantidad de juicio que atribuimos a las cosas.
Luego viene la atención plena, una forma alternativa de percibir la realidad y no juzgar ni comparar nada con otras cosas.
- ¿Qué es una cosa en ti que no te gusta?
- ¿En qué medida puede nuestra necesidad de conformarnos afectar nuestra identidad?
- ¿Cuál es un consejo para superar los tiempos difíciles?
- ¿Qué cosas debo tener en cuenta antes de establecer el puntaje con algunas personas del pasado?
- ¿Cuánta privacidad diría que todavía existe en la vida cotidiana del individuo?
Las cosas pueden no parecer iguales o totalmente correctas o incorrectas, y eso es lo que estamos condicionados a percibir. Pero todo tiene un propósito y existe por una razón. Nada existe sin ninguna razón. Todo es significativo, es un fracaso de nuestra parte ver las cosas como correctas o incorrectas, sino tal como son.
Los pensamientos se corrompen y se desvían cuando seguimos diferenciando las cosas como escribir o equivocarse. Comprender la realidad es respetar la verdad que está debajo de la superficie, que todo vale por igual y si nos damos cuenta o no.