¿Por qué algunas personas con enfermedades mentales que están desempleadas no quieren reintegrarse a la sociedad?

La sociedad en general no acepta las enfermedades mentales, esto puede ser muy intimidante para los enfermos y, a menudo, agravar su condición.

También es más difícil llevar a cabo la vida cotidiana cuando se tiene una enfermedad mental. En los días malos, se necesita una buena hora para levantarme de la cama para ducharme y luego termino volviéndome a dormir porque el esfuerzo me ha agotado mucho. Ni siquiera tengo la motivación para cocinar, o pedir una entrega de comida a veces. Es preferible en esos días no comer porque la energía y la fuerza de voluntad necesarias para levantarme y participar en el proceso real de comer simplemente no son accesibles. ¡Imagina entonces cuán agotador puede ser el trabajo para nosotros! No solo eso, sino que nuestra capacidad de concentrarnos en una tarea puede verse muy alterada en días malos y el estigma que rodea a la salud mental puede hacer que pedir ayuda sea difícil y esté lleno de vergüenza.

Las personas que no trabajan como resultado de una enfermedad mental a menudo se han metido en esa situación después de no haber podido hacerles frente previamente y, como resultado, haber estado en un estado muy malo. Si eso ha sucedido, temerán que vuelva a ocurrir lo mismo.

Depende de la persona, y de su desorden. No pude trabajar personalmente durante años, después de que me diagnosticaron. Los cambios en mi medicina me convirtieron en un zombi que no quería hablar ni interactuar con la gente. Mi ansiedad, también, no lo permitió. Si estoy deprimido, estoy cansado y desmotivado. Definitivamente no quiero interactuar … solo quiero estar solo. Acabo de empezar a trabajar, otra vez … el pasado enero. Comencé realmente disfrutando. Ahora, estoy super estresado. He subido casi todos mis medicamentos. Si algo no cambia pronto, podría tener que renunciar. El estrés es abrumador. Es muy difícil para mí no tomar las cosas personalmente y dejarlas ir. Hay tanto drama y política, en el trabajo. Me involucro demasiado. Realmente afecta mi vida. No es saludable.

Las personas con enfermedades mentales ya son parte de la sociedad. Si ellos / nosotros no estamos completamente integrados, es probable que sea la sociedad la que nos haya marginado, no al revés.