El pensamiento es un flujo, es un río, está fluyendo.
Necesita fluir, esto ayuda a equilibrar su biología.
Solo puedes establecer una dirección para este flujo.
Solo concéntrate en lo que realmente te gusta hacer.
Al disfrutar de la acción no tendrás la necesidad de controlar.
Pero se requiere mucha honestidad.
Uno debe primero tratar de ser honesto con uno mismo.
Sin limpiar el lienzo, no tiene sentido pintar en un lienzo feo e impuro.
La honestidad no significa que uno deba mostrarse al mundo, es decir, uno es honesto.
Eso es una tontería.
Solo sé honesto contigo mismo, puedes engañar al mundo como lo haces todos los días.
Eres más importante que el mundo que existe fuera de uno mismo o puede que no exista en absoluto.
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Lo que es absolutamente cierto es “existes” y nunca puedes negarlo.
Así que sé honesto contigo mismo y haz solo lo que “realmente te gusta”
No es de mi agrado, ni del gusto de los mundos, ni del gusto de sus vecinos ni del de su esposa.
Lo que luego hay que controlar cuando eres lo que eres.
Eso te mantiene ligero y más enfocado y puedes realizar una mejor acción.