Una palabra. Gratitud.
Algunas personas piensan que las emociones, incluida la gratitud, son algo que está fuera de su control, que simplemente aparece y las golpea en función de las circunstancias. Si bien esto sucede a veces, creo que las emociones, especialmente las positivas como la gratitud, también pueden ser un hábito.
Hace varios años, leí una sugerencia para cultivar la gratitud en la vida. Lo he estado haciendo desde entonces. Consiga un cuaderno pequeño y un bolígrafo bonito y guárdelos junto a su cama. Cada mañana, tan pronto como se despierte, tome el cuaderno y escriba tres cosas por las que está agradecido en ese momento. Intenta no repetir las cosas.
Esto generalmente toma menos de cinco minutos, pero su impacto en tu actitud y en tu día es increíble. Tenemos control sobre nuestros pensamientos y las emociones que surgen de ellos, pero controlarlos requiere un esfuerzo consciente. Si no hacemos ese esfuerzo, el cerebro llena el vacío con algo. Estos pensamientos no seleccionados pueden o no ser útiles para usted.
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Comenzar el día con gratitud prepara a tu cerebro para pensar las cosas de manera positiva. A menudo damos por sentado muchas cosas buenas en nuestras vidas y nos centramos solo en los problemas. Esto es natural. Evolutivamente, el hombre de las cavernas que se fijó en el león e ignoró el manzano tendría más probabilidades de sobrevivir que el que hizo lo contrario. Sin embargo, debido a que nada nos matará y nos comerá la mayor parte del tiempo, es beneficioso forzar su atención a lo positivo en algunas ocasiones.
Al desarrollar este hábito, he notado que me siento más feliz y más positivo a medida que avanzo mi día. Las cosas malas siguen sucediendo, y no me gustan, pero me golpearon menos que antes. Esta práctica matutina es un buen comienzo, pero no es infalible.
Imagina que te levantas por la mañana. Escribes cosas por las que estás agradecido. No te enfocas en la basura negativa. Usted toma una buena taza de café, mira la salida del sol y entra a su automóvil para ir al trabajo. Tan pronto como sales a la carretera, un imbécil te interrumpe, casi causando un accidente. Él está usando uno de esos estúpidos sombreros de lado, el humo del cigarrillo está saliendo de su ventana. Tocas el claxon, él te da el dedo y te lanza su bebida energética.
¿Cómo te ayuda esa gratitud ahora?
Si eres como la mayoría de la gente, lo has olvidado todo. Estás echando humo. Ese pedazo de … le enseñaré a …
Detener. Todos hemos estado en ese camino, y apesta. La solución es, lo has adivinado, más gratitud.
¿Qué? ¡Esta situación apesta! ¿Por qué hay que estar agradecido?
Encontrar algo.
Esto es muy difícil. Ese es el punto. No importa cuán mala sea la situación, encuentre algo por lo que estar agradecido. Esta práctica de gratitud difícil es lo mejor que he encontrado para lidiar con situaciones como esta. Es imposible estar agradecido al sentir estas otras diversas emociones negativas. Ese es el punto.
Otras personas van a hacer lo que van a hacer. Eventos aleatorios ocurrirán en el mundo. No controlamos esto, pero sí controlamos nuestra respuesta. Desarrollar el hábito de responder con gratitud me ha ahorrado enormes cantidades de estrés y agravación.
Como dije, este es un hábito a desarrollar. Los hábitos se desarrollan a través de la repetición. Será difícil al principio. Entonces se vuelve habitual. Tu cerebro naturalmente se vuelve más positivo acerca de las cosas. Comienzas a ver oportunidades donde otras personas solo ven problemas para quejarse. La gratitud conduce a todo esto, por lo que considero que es el mejor hábito para desarrollar.