Tomando un nivel de abstracción más alto, aquí hay algunas áreas donde el reduccionismo falla:
- Orden: las configuraciones en el espacio, el tiempo o la expresión no se pueden reducir y, a menudo, se expanden. Un tablero de ajedrez debe conservar la posición de sus piezas. Mientras se juega, las posibilidades se expanden y los juegos se desarrollan. Estas palabras no pueden reducirse pero conservan su significado exacto. No hay expresión correcta. Podemos decir algo nuevo casi siempre.
- Realidad: cuando se reduce algo, su contenido informativo es lo que cambia, no su yo físico. Es posible que pueda reducir una molécula a sus componentes, una tarta de manzana a sus ingredientes, un ser humano a su anatomía, pero este acto no cambia nada sobre lo que está allí . La reducción no refleja la realidad física 1 a 1. Cuando la realidad entendida puede reducirse continuamente, la realidad dura permanece intacta hasta que la tocamos físicamente. No importa lo que piense, una tarta de manzana es lo que es . Si lo comiera, solo entonces lo reduciría físicamente.
- Lo externo: cuando reducimos un tema, debemos marcar nuestro tema. Pero nada está solo e independiente de todo lo demás en este universo, excepto tal vez este universo, si insistes. En ese punto, el universo se convierte en el único sujeto reducible que no tiene dependencias externas. En otras palabras, cada vez que decidimos reducir algo, debemos colocar nuestro sujeto en un vacío artificial en el que solo existe ese sujeto, independiente de todo lo demás, y nunca extendernos más allá de ese espacio. Esto limita el reduccionismo a una práctica teórica. Por ejemplo, no podemos reducir el comportamiento de un taxi sin conocer la carretera, la señalización, el tráfico, las instrucciones proporcionadas, el conductor, etc.
- Lo desconocido: Somos perfectamente capaces de pensar en incógnitas de diversos grados y en conceptos abstractos que tienen estructuras débiles o inexistentes. Tomemos la religión por ejemplo. El reduccionismo fracasa miserablemente, pero la religión es real.
Cuando los patrones y los fenómenos son forzados a una estructura confinada, la reducción siempre puede ayudar a romper lo que sea en sus partes conocidas (o sus partes aún por nombrar). Pero en última instancia, el mayor defecto del reduccionismo es su incapacidad para ampliar nuestra comprensión o interpretar cualquier cosa que no esté estructurada. Esto es algo que incluso una simple observación puede hacer.
Por ejemplo, la reducción puede llevarnos de las moléculas a los átomos, pero no nos llevará de los átomos a las moléculas. E incluso para llegar a los átomos, ¿quién lo llama “átomo” y cuáles son los parámetros de su existencia? La reducción no nos proporciona estas respuestas. Además, nuestra comprensión de los átomos y las moléculas ha cambiado dramáticamente en los últimos 100 años, sin embargo, la naturaleza física de los átomos en sí no ha cambiado ni un poco durante ese tiempo.
La reducción no sirve a la realidad. Cambia con nuestra comprensión, y nuestra comprensión cambia con nosotros. La reducción es imaginaria, ya que es un proceso epistemológico, no empírico. Es solo organizar lo que sabemos en orden ascendente o ascendente.
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