En primer lugar, aunque parece que no puedo encontrar el estudio que usted cita, lo que los datos parecen sugerir es que bajo nuestro sistema actual (de castigo) el 83% de los asesinos nunca vuelve a asesinar. Este no es un argumento efectivo a favor o en contra del castigo, a menos que tengamos un grupo de control de asesinos a quienes no castigamos y luego veremos si su incidencia de segundos asesinatos es mayor o menor.
En segundo lugar, incluso si se inventara un tratamiento que pudiera asegurar de alguna manera que cada persona que cometió un asesinato nunca volvería a asesinar, en otras palabras, si elevamos el 83% de la pregunta al 100%, incluso el castigo sería valioso como un disuasivo. Creo que lo esencial a tener en cuenta es que cualquier reacción que tome el sistema judicial será con el objetivo de rehabilitar al delincuente, pero también de disuadirlo a él y a otros de cometer el delito en el futuro. Incluso con una rehabilitación perfecta, la disuasión seguiría siendo importante, ya que, como en el ejemplo de California, las personas cometen asesinatos con impunidad sabiendo que recibirán una educación universitaria gratuita.