No es nuestro lugar para juzgar la importancia de aquellos que entran en nuestras vidas. Simplemente no poseemos el conocimiento suficiente de nuestro gran diseño de vida, los karmas anteriores y el presente esquema de aprendizaje para realizar tales evaluaciones. Lo que podemos hacer, es estar a la altura de nuestros propios valores e integridad con todos. Esa es nuestra responsabilidad personal.
Todos invocan un aspecto particular de nosotros mismos. Como si estuvieran invocando los roles que jugamos cuando estamos con ellos, ya sea el vendedor de comestibles o los padres de uno.
El verdadero objetivo, si uno está en un camino de despertar, es ver su identidad más allá de las interacciones y experiencias en nuestras vidas. De esta manera, somos libres de expresar sólo bondad y respeto a todos los seres.
La importancia de todas las relaciones, es equilibrar uno u otro aspecto de nuestros propios seres. Incluso pasar a alguien en la calle invoca una respuesta. Debemos aprender a permanecer centrados en todas las interacciones.
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No es la persona por la que uno debe preocuparse, sino la propia respuesta. Es nuestra propia respuesta la que crea la realidad futura.
Tratar a todos con respeto. Enfoque todo sin juicio de valor de amenaza o apoyo.
Si uno es una influencia negativa, tenemos la voluntad y la autoridad en nuestro discernimiento para erradicarlos de nuestras vidas. Tales personas solo buscan compañía para su propia miseria. No estamos obligados a permitir que en otros eso esté destruyendo a sus propios seres. No estamos obligados a parecer “víctimas”. Pesamos la conveniencia de los demás por nuestros propios estándares. Si sus valores son dicotómicos a los nuestros, si causan daño, si solo buscan el autoengrandecimiento a expensas de los demás, servirán para causar pena a quien busca ideales más elevados. Llevarán a otros a la negatividad de sus propias vidas.
Incluso aquellos que provocan una respuesta negativa dentro de nosotros son maestros, porque nos brindan la oportunidad de cambiar nuestra respuesta, tomar decisiones sobre su presencia en nuestras vidas y cambiar nuestra respuesta para comprender el papel que desempeñaron en nuestro propio crecimiento.
La conclusión es que no sabemos qué tesoro puede ofrecer una persona. Pueden decir o hacer lo más simple, y el momento es tan perfecto que su valor simplemente no se puede medir.
Todos, hasta cierto punto, somos maestros. Nos enfrentamos a otros por cualquier período de tiempo, confiamos en el orden divino y en la inteligencia, usamos la sabiduría y el respeto en nuestra respuesta y ese es el viaje. Usa el discernimiento, no el juicio. Ver a todos como una oportunidad para el crecimiento personal.
De esta manera, reinterpreta todo el paradigma para que funcione para usted. Todas las personas están sirviendo su propio camino al brindarle oportunidades, y usted fortalece progresivamente su propia visión más apreciada de sí mismo y de la realidad en la forma en que responde a ellas.
Gracias por la A2A, Saurabh. Espero que encuentre útil esta respuesta.