Hablando como un luterano, nuestros miembros reconocen que la enfermedad mental es una condición médica real y que hay una amplia gama de tratamientos disponibles. Al tomar esto más en el ámbito de lo que nuestra fe tiene que decir al respecto, creemos que Dios pone obstáculos en nuestras vidas para mostrarnos que no podemos hacer nada bueno sin Dios. Cualquier enfermedad, mental o física estaría incluida en esto.
Hablando como un laico, la biblia incluye historias de personas cuyas descripciones de comportamiento y habla son similares a las de una enfermedad mental. En muchos de los casos, se dice que la persona está poseída por un demonio. Estas creencias se extendieron hasta la edad media y, en cierta medida, incluso en el mundo de hoy. Aunque algunos argumentarían, puedo ver cómo una persona con una enfermedad mental puede creer (y con razón) que puede ser poseída.
Muchas terapias de conversación modernas incluyen las convicciones religiosas de una persona para ayudarlas a sobrellevar una enfermedad mental.
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