En el siglo IV, Constantino el Grande, emperador del imperio romano, después de decidir que tal vez sería una gran idea unirse al cristianismo con el verdadero espíritu de ‘si no puedes vencerlos, únete a ellos’ llamado una gran reunión de Los líderes de las muchas denominaciones cristianas para determinar lo que se consideraría la forma estándar de la religión. Esto se hizo en la ciudad de Nicea, en Anatolia / Grecia, y por eso se le conoce con el nombre de “El Concilio de Nicea”. Cualquier forma de cristianismo que no estuviera de acuerdo con la agenda de Constantino fue declarada herética (es decir, los agnósticos) y sus evangelios fueron prohibidos, al mismo tiempo que los cuatro más conocidos comúnmente se convirtieron en “aceptados” y estándares. Esto, mi amigo, se convirtió en el nacimiento oficial del cristianismo tal como lo conocemos, y se establecieron los cimientos de la mayoría de las iglesias cristianas.
Para obtener más información sobre “otros” evangelios, investigue el descubrimiento en 1941 de una “geniza” copta en Nag Hamadi, Egipto.