Si vivimos en un mundo predeterminado, fatalista o determinista, ninguno de nosotros puede cambiar de opinión. Incluso nuestro cambio de mentalidad está determinado. Nuestra creencia en nuestro cambio de mente es ilusoria. Una entidad o ser precoz es que este mundo se daría cuenta de que podría cambiar de opinión, pero solo volver a cambiarlo para que se ajuste a la ruta fija predeterminada por el destino. Sabría que un cambio de mentalidad es inútil e imposible.
Sin embargo, la hipótesis más habitual es que “AHORA” es un punto de nexo desde el cual pueden surgir muchos futuros y esos futuros están interconectados con las decisiones y acciones de otros. Muchas personas que creen en la clarividencia, la adivinación, la presciencia o la prolepsis o que escriben al respecto en una ficción dirían que un ser presciente ve los múltiples hilos de las posibilidades futuras y basa sus predicciones o presciencias en la realidad futura más fuerte o más probable. (La idea de universos paralelos en los que existen todos los futuros posibles en otro universo podría interferir con la presciencia de un ser, pero volveré a eso más adelante).
En esta situación, una mente presciente puede ser cambiada y un ser presciente estaría cambiando las probabilidades de posibles futuros al hacerlo. En cierto sentido, estaría manipulando o controlando eventos futuros.
En el caso de los universos paralelos, si un presciente cambia de opinión, entonces puede elegir entre universos alternativos o realidades para su propia probabilidad futura.