¡Ayuda a erradicar la monocausalitis!
Podemos comenzar por reconocer la utilidad y el poder adictivo de buscar explicaciones simplificadas sobre cómo funciona el mundo. Esto puede ser en parte biológico, pero también está incorporado a la filosofía occidental de manera que no podemos darnos cuenta sin un estudio histórico completo.
La teoría de la causalidad, al menos en sus formas dominantes, ha ido cuesta abajo desde la época de los griegos. Aristóteles postuló al menos cuatro tipos de causalidad que fueron útiles para explicar diferentes aspectos de lo que sucede. A lo largo del tiempo, la teoría de la causalidad se ha restringido (aunque algunos dirían “refinado”) para excluir cadenas lineales de interacción entre objetos materiales separados.
Abandona el pensamiento fundacional. En un mundo complejo, hay redes y bucles de causalidad mutua, y una máxima razonable sería “En un mundo complejo, cualquier cosa que pueda suceder sucede”. Entonces, quizás lo mejor que podemos hacer es compilar una lista cada vez mayor de esa red de observaciones e interacciones y continuar clasificándolas.
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