¿Por qué los pakistaníes abrazan un estado controlado por los militares?

En teoría, el gobierno militar es autocrático e implacable, mientras que la democracia ayuda a servir los intereses comunes de la gente. En la práctica, la distinción entre el gobierno militar y el democrático en Pakistán no es tan blanco y negro.

Los gobiernos democráticos tienden a formarse después de elecciones controvertidas, y son sinónimo de nepotismo, incompetencia y corrupción, y algunos políticos afirman abiertamente que es su derecho.

Los partidos políticos también están estructurados para favorecer a una sola persona o familia, que ejerce el control absoluto y sigue siendo el líder de por vida. Ya sea para elegir un partido o un líder, las personas votan por los candidatos con los que tienen afiliaciones (raza, idioma, relaciones comerciales), en lugar de alguien que sería lo mejor para la sociedad.

Por otro lado, los dictadores militares tienden a ser eficientes, disciplinados y generalmente libres de acusaciones de corrupción. En su lucha por la legitimidad, en lugar del control absoluto, también tienden a tener cierta apariencia de democracia, a veces más que los gobiernos civiles.

Se van con daños a largo plazo de muchas otras maneras, pero su gobierno es generalmente más próspero, estable y pacífico para la persona común.

Se puede argumentar que dada la oportunidad, la democracia eventualmente superaría estos obstáculos y prevalecería. Sin embargo, el pakistaní promedio carece de la cantidad de educación, paciencia y fe requeridas para eso.

A partir de ahora, los militares se mantienen alejados de la política, al menos públicamente. Y son muy buenos para representarse a sí mismos como la organización más profesional, patriótica y disciplinada del país.

Hasta que el pakistaní promedio comience a elegir líderes por mérito, los militares continuarán teniendo un amplio apoyo.