Cómo cultivar un pensamiento personal independiente.

Empieza por cultivar la individualidad.

Hay muchas maneras de hacer esto, pero una práctica que podría ser útil es meditar durante 15 minutos cada día y enfocar su atención hacia abajo, en el centro de energía que está a unos tres centímetros dentro y debajo del ombligo: el asiento de su individualidad. Haz esto como una práctica por al menos una semana.

Mientras practica esto, consulte con usted con frecuencia durante el transcurso de un día. Pregúntate a ti mismo si lo que estás escuchando o leyendo te parece cierto. Durante al menos una semana, escribe lo que estás descubriendo. Haz de este “control contigo mismo” un reflejo, algo que haces habitualmente.

Además, intente esto periódicamente en una conversación, especialmente cuando se ofrecen opiniones o puntos de vista sólidos: comience por encontrar algo con lo que esté de acuerdo en lo que ha escuchado y comuníquelo. Luego, comparte en qué se diferencia tu punto de vista de lo que has escuchado. Cierre preguntando a la persona sus opiniones sobre lo que ha compartido. Intenta esto como un experimento, tal vez durante tres conversaciones al día.

Estas conversaciones pueden ser algo como esto:

“Estoy de acuerdo con usted en que tal y tal punto de vista si es correcto. Pero donde no estoy de acuerdo con usted es su conclusión de que este punto de vista necesariamente lleva a su conclusión. ¿Qué opina sobre eso?”

Participe en este tipo de conversaciones con suavidad, ya que está explorando en lugar de discutir.

Mientras hace estas cosas, revise el día por la noche antes de dormir e identifique los momentos en que expresó un pensamiento crítico y los momentos en que no lo hizo. Si hubo momentos en que piensa que podría haber hecho esto más, repita mentalmente el evento como si hubiera expresado un pensamiento más crítico.