¿Es mi placer lo mismo que tu placer?

Si bien son mucho más complejos y sutiles, nuestras emociones y experiencias físicas son análogas a las huellas digitales. Podemos reconocer que cualquier huella dactilar es solo eso, pero todos tenemos nuestras propias huellas dactilares.

Nuestra percepción específica y detallada del mundo es única. Ninguno de nosotros ve, oye, huele, siente o percibe el mundo exactamente de la misma manera. Nuestra composición física y nuestras experiencias de vida se combinan para crear un ser diferente a cualquier otro. Este es un factor importante que contribuye a la razón por la cual es tan difícil comprender la psique humana y curar nuestros males.

Afortunadamente, la mayoría de nosotros caemos dentro de rangos predecibles en comparación con la población. Los aspectos de nuestra percepción son muy similares, como disfrutar del calor de un baño. Todavía son experiencias únicas sujetas a numerosas diferencias.

La temperatura ‘correcta’, el nivel de agua, la duración y muchos otros detalles varían. Ellos también se agrupan en rangos reconocibles. En muchos casos, las diferencias desaparecen de tal manera que podemos comparar nuestras percepciones con muchas otras sin considerar las variaciones detalladas.

Es esta mezcla de percepciones ‘iguales pero diferentes’ las que permiten que exista la sociedad. Esto también causa la lucha en el mundo.

Para la persona promedio, su disfrute de X es diferente no solo de los demás, sino también de su propio disfrute de X en un momento diferente de sus vidas. Casi no había nada más placentero que un Ring Ding cuando era niño (y no estoy solo: Volver cuando un Ring Ding fue probado, Guiltily, como América), pero hay cientos de cosas que preferiría comer ahora. No es solo que soy mayor y más sabio; Algunas de las cosas que preferiría comer no son mejores para mí que un Ring Ding.

Habrá una diferencia. Todo este concepto de placer y felicidad gira en torno a la liberación de dopamina (sistema de recompensa del cerebro). Esto es básicamente diseñado para la supervivencia de la raza humana. Cuando comemos alimentos, el cerebro libera dopamina y nos sentimos bien. Lo mismo con el sexo que es importante para la reproducción de resortes. Por lo tanto, el placer que obtiene al hacer algo puede variar de una persona a otra dependiendo de cómo esté sintonizado su cerebro.