Piensa en la situación como un gradiente. Por un lado, pensar completamente por ti mismo, y en el otro lado, hacer que otros tomen todas las decisiones por ti. La mayoría de las personas rebotan de un lado a otro. Dejamos que otros tomen decisiones cuando creemos que saben más. No mucha gente cuestionaría a un especialista de algún tipo. Con cosas más personales hacemos más elecciones por nosotros mismos.
Ser introvertido o extrovertido también tiene un gran impacto. Si miras hacia adentro o hacia afuera para obtener información, esto afectará tus pensamientos. Algunos son muy impresionables y tomarán lo que otras personas dicen como la verdad, sin importar qué. Otros se resisten por completo y solo se creen a si mismos. Ambos extremos pueden ser perjudiciales.
Pensar por ti mismo no siempre es lo mejor. Tenemos otros que piensan por nosotros todo el tiempo. Cuando leemos un libro que digamos los pensamientos del autor, lo estamos digiriendo. El truco es tener equilibrio, saber cuándo dejar que otros lideren porque son confiables, y cuándo debemos ser escépticos.