¿A qué te suena salir y volver?
Freud no tenía mucha experiencia con los niños, pero hizo una famosa observación de un niño pequeño que jugaba con un carrete / juguete de algodón, el cual se deshacía de sí mismo y regresaba con gran alegría. Ese bebé estaba explorando la constancia de los objetos. Pero ‘objeto’ significa ‘la madre’ y, por extensión, casi todo, incluidas las personas.
El uso del término ‘constancia del objeto’ puede ser engañoso, ya que es un concepto cognitivo / emocional del desarrollo, cuando la realidad en la DBP es probablemente más cruda que esto.
En su delgado volumen titulado ‘Hysteria’, Christopher Bollas (psicoanalista) esboza brevemente la dinámica de la relación principal que podría dar lugar a algunos de los principales trastornos de la personalidad, paranoia, narcisismo, etc. Estos son esquemas para ayudar a la comprensión general, no a las “causas” duras y rápidas. Cuando usa la palabra “madre”, no se refiere a una persona real, sino a la “función” y la experiencia subjetiva de la madre / cuidadora, aunque pueden ser las mismas.
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En el caso del “límite”, su bosquejo propone que el niño ha experimentado tanta turbulencia causada por el objeto principal / madre, que también puede ser “límite”, que la confusión mental se ha convertido casi en un equivalente a la relación.
“Para simplificar: es como si el infante hubiera experimentado una maternidad rítmica, al ser recogido física o psíquicamente de forma disruptiva, evocando una mezcla de conmoción, ansiedad, rabia, un tipo de pérdida y una mentalidad intensa, todo en uno que está asociado con La madre.”
(Bollas, 2000; pp 9)
Continúa sugiriendo que la solución a la que recurren muchos bebés es “confiar” en un tipo imaginario de madre que “construyen” a partir de los buenos fragmentos que rescatan de esta relación; una solución frágil, que luego se ve socavada aún más por el hecho de que todos seguimos inconscientemente buscando esa relación primaria con los demás, especialmente si era insatisfactoria, como para repararla.
Por lo tanto, los cambios de humor en estas circunstancias son una expresión de una forma primaria de relación que se impuso en el límite en la infancia. Si la turbulencia no está allí, y ella no ha tenido apoyo terapéutico, se verá obligada a crearla, haciendo que las montañas salgan de los topos hasta que se haga realidad.
“Ella”, como en tu pregunta, puede o no ser así, porque a pesar de las suposiciones actuales, los seres humanos no son su diagnóstico, son infinitamente más, y tampoco hay garantía de que el diagnóstico sea correcto. La psiquiatría (sin incluir a los psiquiatras) es una disciplina muy aproximada y es altamente susceptible a los preconceptos sociales: es propensa a errores.