Así que este año, hice mis metas más específicas. Los dividí en metas mensuales, luego semanales. Esto me ayudará a seguir mi progreso.
Por ejemplo, uno de mis objetivos es leer 24 libros en 1 año. Mi objetivo es terminar 2 libros al mes. Y para hacer eso, tuve que dedicar 4 horas de mi sábado a la lectura por semana.
Comencé con la visión de convertirme en un lector, establecí la meta de leer 24 libros en un año y establecí una estrategia para lograrlo al bloquear 4 horas de mi sábado semanal. La clave aquí es hacer que sus objetivos sean específicos (medibles) y establecer una estrategia que lo ayude a lograrlo.
Si su objetivo es dejar un mal hábito, aprendí otra táctica del asesor de vida Peter Kristiansen. Su estrategia no implica fuerza de voluntad, sino que realmente reconoce y presta atención a los pensamientos y sensaciones que hacen que te conviertas en tu mal hábito. Debido a que estos malos hábitos son conductas automáticas, ya no notamos lo que nos hace hacerlo. Su consejo es que experimentes estas sensaciones (en lugar de eliminarlas por tu mal hábito), las soportes y observes cómo el impulso desaparece de forma natural.
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