¿Es la ley impotente ante la psiquiatría?

De ningún modo.

“La ley” es completamente cómplice de “psiquiatría“, y tienen algunos objetivos compartidos y mutualistas.

Muchas personas en posiciones de poder regulatorio, legislativo, judicial y ejecutivo tienen vínculos financieros con las ganancias basadas en la psiquiatría o una historia de empleo presente, pasada o futura de las compañías farmacéuticas.

No se trata de una situación política o social unificada o homogénea, y no todos los que actúan por un interés particular actuarán de manera uniforme contra los demás. Los individuos, las organizaciones y otras instituciones tienen objetivos divergentes y pluralistas, y sería muy simplificado caracterizar las cosas de otra manera.

La FDA no nos mantiene seguros, por ejemplo, y no está diseñado para hacerlo. Esa no es la “ley” que se otorga a las corporaciones farmacéuticas o los médicos prescriptores, sino un reflejo de la situación sociopolítica más amplia en la que dichas entidades tienen la oportunidad de explotar y encontrar su propio nicho.