En la mayoría de los casos, un solicitante de empleo no debe revelar su enfermedad mental a posibles empleadores.
De la misma manera que no le diría a su empleador que tiene diabetes tipo II, presión arterial alta, etc.
Podría llevar a una discriminación involuntaria o abierta.
Hay excepciones. En algunos casos se requiere.
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Es posible que se requiera que los médicos (médicos, enfermeras, etc.) revelen una enfermedad mental que podría afectar negativamente su capacidad para brindar atención.
Si va a estar en cumplimiento de la ley, tendrá que ser revelado. Una vez me pidieron que proporcionara una recomendación para un guardia de la prisión y tuve que completar una encuesta de 25 páginas sobre la persona con preguntas sobre cambios de humor, manejo de la ira, etc.
Si es un trabajo de oficina o algo en el que su plan de tratamiento lo mantiene bajo control y no representa un peligro para sí mismo ni para los demás, no está obligado a revelarlo.
Para algunas personas, donde su enfermedad tiene un impacto significativo en su capacidad diaria de funcionar, la revelación es necesaria. En la organización de rehabilitación psico-social donde trabajé tenían un programa maravilloso. Muchos de sus clientes tenían diagnósticos múltiples y, como resultado, tenían dificultades para obtener trabajo. Dado que el veinte por ciento de la población tiene algún tipo de enfermedad mental, la agencia ofreció un incentivo a los empleadores por contratar a sus clientes al ofrecerles servicios de salud mental a todos los empleados de la organización cuando contrataron a sus clientes.
Si su enfermedad mental le hizo perder el empleo, todavía no tiene que revelarla como la razón. Puede explicarlo como un problema de salud o como un momento para el desarrollo personal.
Si viviéramos en un mundo en el que las personas con enfermedades mentales nunca fueran discriminadas, mi respuesta sería diferente. Nosotros no Así como mis antepasados que podrían pasar por blanco lo hicieron para evitar la discriminación, los individuos con una enfermedad mental que pueden presentarse de maneras que parecen saludables y que no están legalmente obligados a divulgar (es decir, médicos, LEO), estarán mejor si No revele su enfermedad mental, especialmente durante el proceso de contratación.
A medida que aprenda en quién puede confiar, después de ser contratado y de hacer un buen trabajo, le recomendamos que se lo diga a su jefe o a su jefe, si confía en ellos.
En los Estados Unidos, su información de salud está protegida.