Cuando enfrentamos problemas en la vida y no podemos hacer nada al respecto, ¿cómo podemos ayudarnos a nosotros mismos?

En esos momentos, tienes que tratar de ser pacífico.

Solo deja que las cosas sigan su propio curso.

Relajarse.

Lo importante a tener en cuenta aquí es que no debes reaccionar.

Al tratar de ser pacífico, lo anterior podría lograrse.

Pasa tiempo con el problema.

Define el problema.

Entiende el problema.

Un problema bien definido está medio resuelto.

El problema no es un problema.

Nuestra actitud hacia eso es el problema.

Cuando no hay una solución aparente para un problema, debemos darnos cuenta de que, en primer lugar, NO es un problema en absoluto.

Un problema, siempre tiene una solución.

El problema es que no conocemos esa solución, de inmediato.

Y un consejo importante:

En esos momentos, trata de escuchar los problemas de los demás.

Usted podría simplemente llamarlos y pedirles que cuenten la de ellos.

En la mayoría de los casos, te alegrarías de no tenerlos.

Tenemos que darnos cuenta de eso, no tenemos otra opción, pero estar lo suficientemente FRENOSOS para enfrentar el problema.

Tenemos que ir más allá de nuestra mente, usar nuestro “Buddhi” (Intelecto) para entender y resolver.

Oraciones sinceras a lo Divino, no pueden ser subestimadas.