Hablo en letón, inglés y alemán. La parte de pensar es una especie de lío para ser honesto. Mire, toda mi familia habla letón y siempre que estoy con ellos hablo y pienso principalmente letón. Con mi novio, con quien vivo, hablo y pienso en inglés. Pero en el trabajo hablo y pienso en alemán. Excepto – cuando cuento tiene que estar en letón, porque cuento principalmente en el trabajo. Y seamos honestos: los números en alemán son solo un dolor de cabeza para calcular. Cuando hablo de cosas relacionadas con mi trabajo, me resulta difícil expresarme en inglés o letón, porque esa es mi zona alemana. Cuando estoy en casa a veces me olvido de las palabras en alemán o letón, porque esa es mi zona de inglés. Cuando estoy con mi familia, me resulta difícil explicarle a mi novio de qué estamos hablando exactamente.
Cada uno de estos idiomas viene con su propio sentimiento. Son hermosos y complejos, y no son directamente traducibles de uno a otro. Para mí pensar es un lío de los tres.