Hola, compañero de mente inquisitiva!
El hecho de que te hagas esta pregunta ya es un gran paso adelante. Felicitaciones a usted 🙂
Así es como abordaría este desafío.
Primero, comienza a contemplar tus pensamientos. Para citar a Picasso, debes “aprender las reglas como un profesional para romperlas como un artista”. Si quieres mejorar tus pensamientos, primero debes entenderlos. ¿En qué piensas a menudo? ¿Cómo te hacen sentir estos pensamientos? ¿Qué patrones sigue tu mente? ¿Qué desencadena estos patrones? Solemos formar atajos mentales y desarrollar hábitos mentales, porque nuestra mente es una compañera perezosa. Es hermoso, es una obra de arte, pero es perezoso. Da un paso atrás y observa tus procesos mentales. No los juzgues. No los etiquetes. Solo concéntrate en mirarlos.
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Entonces, cambia tu enfoque. Durante la fase de observación, puedes darte cuenta a veces de que los pensamientos son muy difíciles de ocultar. Cuanto más trates de controlarlos, más frustrado estarás. Por lo tanto, la forma más sencilla y efectiva de obtener una idea de estos pensamientos es reemplazarlos cada vez que note uno que lo desanime. Intenta convertir cada pensamiento negativo tuyo en un activador de positividad. Expresa gratitud, funciona de maravilla. Deja de compararte con otros; en cambio, comienza a compararte con quién eras ayer. ¿Has mejorado? Si es así, date una palmadita en la espalda. Si no, está bien. No te castigues a ti mismo; Trabajar hacia la mejora. La positividad es la clave 🙂 Conclusión: no reprima sus pensamientos, vuelva a enfocarlos; sustituirlos.
En tercer lugar, empezar a aprender. Tu cerebro solo puede contener tantos pensamientos a la vez. Si el 95% de tus pensamientos son puro ruido (es decir, te comparas con los demás o piensas constantemente en lo que has dicho y hecho), esto te deja poco espacio para el resto, ¿verdad? Así que vamos a burlarnos de la mente. Vamos a alimentarlo con información útil y valiosa, algo para que esté ocupado e interesado. Tome un libro, adquiera una nueva habilidad, aprenda un idioma, asista a una conferencia; ¡Absorbe información, haz que tu mente trabaje! Mantenerlo ocupado obligará a su cerebro a disminuir la cantidad de ruido que contiene. Además, podrás formar nuevas conexiones y comenzar a formular ideas. Lo más importante aquí es divertirse
Finalmente, evacuar. La disciplina es importante, es lo que te mantiene en el buen camino. Pero antes de ser la herramienta con la que piensas, tu cerebro es tu mejor amigo. Trátalo como tal. A veces, tiene que hablar. Necesita ser tranquilizador, necesita alguien en quien confiar. Así que de vez en cuando, permítase un momento de deambulación intelectual. Deja que tus pensamientos fluyan, todos ellos. No los detengas, no los sustituyas. Solo contemplalas, como hiciste en el paso 1. Evacúa, corre, medita, practica un deporte. Tu mente te lo agradecerá 🙂
Ahí lo tienes, te deseo todo lo mejor en tu viaje a través del florecimiento intelectual. ¡No olvides divertirte!
Aclamaciones,
Mella