¿Cuál es la razón por la que nos preocupamos más por el pasado que por el presente?

La respuesta es realmente simple: CLARIDAD.

Nosotros, como humanos, tenemos el hábito psicológico de ir a nuestro pasado, jugarlo en un bucle, aferrarnos a los recuerdos, ya sea que lo admitamos o no bajo la presión del pasado y el presente, siempre intentamos buscar el camino más fácil.

La carga o las cicatrices o los incidentes ocurridos en el pasado se vuelven tan graves y difíciles de dejar que no nos molestamos en mirar nuestro presente y yo, donde a mi amigo nos falta claridad de nuestra imagen actual. El pasado tiene un lienzo completo impreso en nuestra mente que no nos molestamos en colorear nuestro presente, ya sea que el pasado sea feliz o melancólico.

El presente es lo que estamos viviendo y aún está incompleto, mientras que nuestro pasado está hecho. Por lo tanto, es más fácil aferrarse a algo sólido y completo en lugar de nuestro presente que está en curso. Esta negligencia nos lleva a vivir un presente no tan satisfecho. Sentimos que nuestro pasado sucedió, lo lamentamos o no, pero tenemos un sentido completo de lo que sucedió, mientras que el presente está lleno de sorpresas, lo bueno o lo malo depende, pero debido a las quemaduras del pasado no lo esperamos más bien mirar hacia atrás en nuestros recuerdos del pasado para buscar una explicación o respuesta.

Pro consejo, es pasado, sucedió, aprende a dejarte ir o te quedarás solo en ese circuito para siempre. Tu regalo es más brillante, mantén ese pensamiento y, a continuación, ¡sabes que puedes mover montañas!

La razón puede ser que no podemos recordar el pasado y no el futuro :). Además, la raza humana siempre quiere una solución de los problemas presentes de una manera más optimizada y eficiente, y el pasado solo puede ayudarnos a decidir cuál debe ser una decisión racional para la situación actual. La experiencia pasada o en palabras simples nos da la capacidad de enfrentar los problemas de manera más eficiente. Además, cuando estamos en la situación actual, solo estamos ocupados para abordar una situación (estamos en un modo de hacer) que nos da la experiencia necesaria para usarla en situaciones futuras y en nuestra mente la almacenamos para un análisis más a fondo. Después de algunos días esto se convierte en experiencias pasadas y su análisis nos dirá qué mal hicimos o cuál fue nuestro movimiento perfecto.